domingo, 13 de marzo de 2011

Los cien mil hijos de San Luis

Es la denominación que recibió el ejército francés, liderado por el duque de Angulema, descendiente de quien sería Carlos X de Francia, como parte de la misión de la Santa Alianza de restaurar las monarquías absolutas en Europa, ante el pedido del zar de Rusia, que sintió que lo sucedido en España era una agresión contra sus ideologías. En el congreso de Verona, reunido en octubre de 1822, los miembros de la Santa Alianza aprobaron la invasión francesa a España.
El nombre del ejército respondía a que este grupo armado de alrededor de cien mil personas, irrumpiría en territorio español, invocando la protección de San Luis, con el fin de restaurar el Antiguo Régimen, según lo expresara, Luis XVIII, primo de Fernando VII, en su discurso pronunciado el 28 de enero de 1823, al abrirse las Cámaras.
España era importante para Francia por sus vínculos, no sólo políticos, sino también comerciales, y por la necesidad de recuperar los territorios coloniales, que habían logrado, o estaban en vías concretas de emanciparse. El 7 de abril de 1823, entraron en España, con el fin de imponer la Monarquía Absoluta, desplazada por el liberalismo, quienes habían tomado el poder desde 1820, gobernando durante el período conocido como “Trienio liberal”.
El sector del ejército liberal comandado Francisco Espoz y Mina, con alrededor de 20.000 hombres fue el más eficaz. Intentaron repeler a los franceses en Cataluña, pero no contaron con apoyo popular, y los franceses, sin grandes dificultades, tomaron Madrid.
Los liberales, el gobierno y las Cortes, tomaron como rehén a Fernando VII, quien se negaba a acompañarlos alegando razones de salud, y huyeron primero a Sevilla y luego a Cádiz, ciudad que sufrió el asedio de los absolutistas, terminando en un trato que consistió en la entrega de la ciudad y la liberación del monarca a cambio de que éste perdonara y olvidara lo sucedido, y respetara las normas liberales vigentes hasta entonces.
Fernando VII una vez libre no respetó su promesa y abolió todas las leyes que se había comprometido a respetar. Cerraron periódicos y universidades, y el 7 de noviembre de 1823 la Plaza de la Cebada de Madrid, fue escenario de la ejecución de Riego, líder revolucionario. Como consecuencia, el sistema absolutista volvió a imponerse en España hasta la muerte de Fernando VII en 1833, en lo que se conoció como “Década Ominosa”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario