sábado, 12 de marzo de 2011

General Prim

Militar y político español que nación en Tarragona en 1814. Se integró en el Ejército para defender el Trono de Isabel II desde el comienzo de la Primera Guerra Carlista en la que ascendió hasta coronel. Inclinado a las ideas liberales, se lanzó enseguida a la política como diputado por Tarragona. Se enfrentó al autoritarismo de Espartero y acabó contribuyendo a derrotarlo organizando una sublevación en Reus. El gobierno progresista formado tras esta sublevación nombró a Prim gobernador militar de Barcelona, con el encargo de reprimir el movimiento revolucionario que perduraba en la ciuda. Al pasar el poder a los moderados de Narváe, decidió dejar la política durante un tiempo y dedicarse a viajar por europa. En 1847 se convirtió en gobernador de Puerto Rico y es recordado por su direza contra bandoleros y sublevaciones esclavistas. De regreso a la Península en 1848  fue elegido nuevamente diputado y volvió a adquirir protagonismo político tras la Revolución de 1854, con la que dio comienzo un nuevo bienio progresista. Se integró en la Unión Liberal, partido centrista creado por O’Donnell. Siendo ya éste presidente del gobierno, participó en la Guerra de África , obteniendo éxitos que le valieron el título de marqués de los Castillejos. En 1861 fue puesto al mando del cuerpo expedicionario español enviado a México, en colaboración con fuerzas francesas y británicas, para obtener del gobierno de Juárez el pago de las deudas pendientes; las victorias militares de Prim obligaron a Juárez a comprometerse al pago de la deuda por el Convenio de la Soledad, pero, al descubrir que Napoleón III pretendía aprovechar aquel pretexto para derrocar a Juárez e instaurar en su lugar a Maximiliano I como emperador de México, Prim decidió por su cuenta retirar sus fuerzas.
Aunque las autoridades españolas ratificaron su postura, el desacuerdo con O’Donnell llevó a Prim a abandonar la Unión Liberal y, ante la enemistad que había suscitado en la opinión conservadora por no alinearse con los enemigos de Juárez, regresó a las filas progresistas.
Desde entonces conspiró continuamente para derrocar a los gobiernos moderados, e incluso a la propia Isabel II, que les amparaba: intentó un fallido desembarco en Valencia. Finalmente, lanzó la Revolución de 1868, en colaboración con Sagasta, Serrano, Ruiz Zorrilla y Topete. Prim participó en el pronunciamiento inicial en Cádiz y marchó luego a sublevar Valencia y Barcelona, antes de hacer su entrada triunfal en Madrid, cuando la reina ya estaba destronada.
En el inmediato gobierno provisional presidido por Serrano, Prim se encargó del Ministerio de la Guerra; en las Cortes constituyentes defendió la definición del nuevo régimen como una monarquía democrática, que quedó plasmada en la Constitución de 1869. Serrano pasó entonces a ejercer la Regencia mientras se encontraba un rey para el trono vacante, sustituyéndole Prim como presidente del Consejo de Ministros. Desde ese cargo fue uno de los principales defensores de la candidatura de Amadeo de Saboya; pero unos días antes de que éste llegara a Madrid para iniciar su reinado, Prim murió asesinado sin saberse nunca bien como ocurrió.

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