martes, 24 de mayo de 2011

Dioses Lares,Manes y Penates.

Dioses Lares

Los lares eran divinidades romanas hijos de la náyade Lara y el dios Mercurio cuyo origen se encuentra en los cultos etruscos a los dioses familiares.
La religión de la antigua Roma presentaba dos vertientes: por un lado, los cultos públicos o estatales y, por otro, los cultos privados o domésticos. Dentro de esta segunda vertiente se sitúa la adoración de los llamados dii familiaris o dioses de la familia. Entre estos se encuentran los lares loci, cuya función primordial era velar por el territorio en que se encontraba la casa familiar. Tanto es así, que antes de que la propiedad privada fuese regulada por el derecho, eran los dioses lares los encargados de evitar que los extraños se adentrasen en tierras ajenas mediante, según la creencia popular, la amenaza de enfermedades que podían llegar a ser mortales.
Las familias romanas sentían una gran veneración por los lares, que representaban en forma de pequeñas estatuas. Éstas se colocaban tanto dentro como fuera de la casa en pequeños altares llamados lararia (sg. lararium), donde se realizaban ofrendas o se les rendía oración.

Manes
En la mitología romana, manes era un dios doméstico, junto a lares y penates. Eran espíritus de antepasados, que oficiaban de protectores del hogar. El pater familias o padre cabeza de familia, era su sacerdote y oficiaba sus ceremonias religiosas y ofrendas en las viviendas.
















Penates
Penates eran, en la mitología romana, originalmente dioses protectores (en realidad genios) del almacén de la casa. Posteriormente se convierten en dioses de los hogares brindando protección a toda la casa (penates familiares o menores), existiendo también los protectores del estado (Penates públicos o mayores). Ellos estaban emparentados con los LaresGenios y Larvae.Los magistrados de la ciudad prestaban juramento ante los Penates públicos. Algunas veces los Penates eran representados como un par de jóvenes. En la colina Velia en Roma existía un templo dedicado a ellos.

jueves, 19 de mayo de 2011

El Holocausto

 El Holocausto fue la persecución y el asesinato sistemático, burocráticamente organizado por el Estado de aproximadamente seis millones de judíos por parte del régimen nazi y sus colaboradores. "Holocausto" es una palabra de origen griego que significa "sacrificio por fuego". Los nazis, que llegaron al poder en Alemania en enero de 1933, creían que los alemanes eran una "raza superior" y que los judíos, considerados "inferiores", eran una amenaza extranjera para la llamada comunidad racial alemana.
Durante la era del Holocausto, las autoridades alemanas persiguieron a otros grupos debido a su percibida "inferioridad racial": los gitanos, los discapacitados y algunos pueblos eslavos . Otros grupos fueron perseguidos por motivos políticos, ideológicos y de comportamiento, entre ellos los comunistas, los socialistas, lostestigos de jehová y los homosexuales.

En 1933, la población judía de Europa ascendía a más de nueve millones, y la mayoría de los judíos europeos vivía en países que la Alemania nazi ocuparía o dominaría durante la Segunda Guerra Mundial. Para el año 1945, los alemanes y sus colaboradores habían asesinado aproximadamente a dos de cada tres judíos europeos como parte de la "Solución final", la política nazi para asesinar a los judíos de Europa. Si bien las principales víctimas del racismo nazi fueron los judíos, a quienes consideraban el mayor peligro para Alemania.
A medida que la tiranía nazi se propagaba por Europa, los alemanes y sus colaboradores perseguían y asesinaban a millones de otras personas. Entre dos y tres millones de prisioneros de guerra soviéticos fueron asesinados o murieron de inanición, enfermedades, negligencia o maltrato. Los intelectuales polacos no judíos fueron perseguidos y asesinados por los alemanes. Millones de civiles polacos y soviéticos fueron deportados para realizar trabajos forzados en Alemania o en la Polonia ocupada, donde generalmente trabajaban y muchas veces morían en condiciones deplorables.Miles de oponentes políticos, así como disidentes religiosos, fueron perseguidos por oficiales de la policía alemana.
En los primeros años del régimen nazi, el gobierno nacionalsocialista estableció campos de concentración para detener a oponentes políticos e ideológicos tanto reales como supuestos. En los años previos al estallido de la guerra, los oficiales de las SS y la policía encarcelaban en estos campos a cada vez más judíos, gitanos y otras víctimas del odio étnico y racial. Para concentrar y controlar a la población judía y al mismo tiempo facilitar la deportación posterior de los judíos, los alemanes y sus colaboradores crearon ghettos, campos de tránsito y campos de trabajos forzados para los judíos durante los años de la guerra. Asimismo, las autoridades alemanas establecieron numerosos campos de trabajos forzados, tanto en el denominado Gran Reich Alemán como en territorios ocupados por los alemanes, para personas no judías a quienes los alemanes buscaban explotar laboralmente.

Después de la invasión de la Unión Soviética en junio de 1941, los Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) y más adelante, los batallones militarizados de oficiales de la Policía iban detrás de las líneas alemanas para llevar adelante operaciones de asesinato en masa de judíos, romaníes y oficiales del partido comunista y del estado soviético. Las unidades alemanas de las SS y la policía, con el apoyo de unidades de la Wehrmacht y de la Waffen SS, asesinaron a más de un millón de hombres, mujeres y niños judíos junto con cientos de miles de otras personas. Entre los años 1941 y 1944, las autoridades alemanas del régimen nazi deportaron a millones de judíos desde Alemania, los territorios ocupados y los países de muchos de sus aliados del Eje hacia los ghettos y los centros de exterminio, también llamados centros de la muerte, donde fueron asesinados en cámaras de gas diseñadas especialmente para tal fin, una locura total pensar que alguien diseño esas cámaras de gas.
Durante los últimos meses de la guerra, los guardias de las SS trasladaron a los prisioneros de los campos en tren o en marchas forzadas, también denominadas “marchas de la muerte”, en un intento por evitar que los Aliados liberaran a grandes cantidades de prisioneros. A medida que las fuerzas aliadas se trasladaban por Europa en auna serie de ofensivas contra Alemania, empezaron a encontrar y liberar a prisioneros de los campos de concentración, sí como a los prisioneros que estaban en el camino en marchas forzadas desde un campo hacia otro. Las marchas continuaron hasta el 7 de mayo de 1945, el día en que las fuerzas armadas alemanas se rindieron incondicionalmente a los Aliados. Para los Aliados occidentales, la Segunda Guerra Mundial finalizó en Europa oficialmente al día siguiente, el 8 de mayo.
Después del Holocausto, muchos de los sobrevivientes encontraron refugio en los campos de refugiados que administraban las fuerzas aliadas. Entre 1948 y 1951, casi 700 mil judíos emigraron a Israel, incluidos 136 mil judíos refugiados de Europa. Otros judíos refugiados emigraron a Estados Unidos y a otros países. El último campo de refugiados se cerró en 1957. Los crímenes cometidos durante el Holocausto devastaron a la mayoría de las comunidades judías de Europa y eliminaron totalmente a cientos de comunidades judías de los territorios ocupados de Europa Oriental.

Aquí dejo un enlace con información algo más detallada:
 http://www.portalplanetasedna.com.ar/malas07.htm

miércoles, 18 de mayo de 2011

Consecuencias de la segunda guerra mundial.

Hay tres clases diferentes de consecuencias:
Demográficas:
-60 millones de muertos, los países que más población perdieron fueron:


















-Hambre y epidemias.
-Desplazamientos masivos de población debido a la guerra y los cambios de fronteras.
Económicas:
-Caída de la producción industrial en un 80%.
-Destrucción de zonas urbanas. Bombardeos aéreos masivos de ciudades –bombas atómicas en Hirsohima y Nagasaki incluidas- y de centros industriales constituyeron trágicas novedades que incrementaron sustancialmente la mortalidad de la población no combatiente.
-Inutilización de vías de comunicación, industrias y terrenos agrícolas.
Políticas:
-Caída de los regímenes totalitarios.
-La URSS se anexiona territorios de Polonia, Finlandia, Rumanía y los estados Bálticos.
-División de Alemania en cuatro zonas (Francia,USA, URSS y Reino Unido).
-Japón cede todas sus conquistas en Asia Continental y el Pacífico.
-Creacción de la ONU en Abril de 1945, a propuesta de Roosevelt, la Conferencia de Yalta decidió crear una Organización de las Naciones Unidas (ONU) que sustituyera a la Sociedad de Naciones. En ella se proclamaba los cuatro grandes objetivos de las Naciones Unidas: mantener la paz y la seguridad internacional, fomentar las relaciones amistosas entre los países, fomentar la cooperación internacional en todos los ámbitos y servir de centro impulsor que armonizase los esfuerzos de las naciones para conseguir estos propósitos.













Hecho por: 
- Juan Antonio López Fuentes
- Sergio González Marín
- Jesús Nicolás  Marín

martes, 17 de mayo de 2011

Conversión del imperio al cristianismo


1.Introducción
La libertad le llegó al Cristianismo y a la Iglesia cuando apenas se habían extinguido los ecos de la última gran persecución. Fue justamente Galerio, principal instigador de aquella embestida persecutoria, el primero en sacar consecuencias prácticas de su rotundo fracaso. Llegado como sucesor de Diocleciano a la suprema dignidad imperial, el augusto Galerio, próximo a la muerte, promulgó en Sárdica un edicto que marcaba nuevas pautas a la política romana frente al Cristianismo. El edicto otorgaba a los cristianos un estatuto de tolerancia: «existan de nuevo los cristianos —decía— y celebren sus asambleas y cultos, con tal de que no hagan nada contra el orden público».
2.El edicto de Constantino
El tránsito de la tolerancia a la libertad religiosa se produjo con suma rapidez, y su autor principal fue el emperador Constantino. A principios del año 313, los emperadores Constantino y Licinio otorgaron el llamado «Edicto de Milán», que, más que una norma legal concreta, parece haber sido una nueva directriz política fundada en el pleno respeto a las opciones religiosas de todos los súbditos del Imperio, incluidos los cristianos. La legislación discriminatoria en contra de éstos quedaba abolida, y la Iglesia, reconocida por el poder civil, recuperaba los lugares de culto y propiedades de que hubiera sido despojada. El emperador Constantino se convertía así en el instaurador de la libertad religiosa en el mundo antiguo.
Su conversión defnitiva ,es decir, la recepción del bautismo, la demorase muchos años, hasta vísperas de su muerte (337). A lo largo de ese tiempo, la orientación procristiana de Constantino se hizo cada vez más patente. Fueron desautorizadas las prácticas paganas cruentas o inmorales y se prohibió a los magistrados participar en los tradicionales sacrificios de culto.
El emperador, por otra parte, favorecía a la Iglesia de muy diversos modos: construcción de templos, concesión de privilegios al clero, ayuda para el restablecimiento de la unidad de la fe, perturbada en África por el cisma donatista y en Oriente por las doctrinas de Arrio. Los principios morales del Evangelio inspiraron de modo progresivo la legislación civil, dando así origen al llamado Derecho romano-cristiano.
3.La reorganización de la iglesia
 
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Obtenida la libertad, la Iglesia tuvo necesidad de organizar sus estructuras territoriales, con vista a la acción pastoral en un mundo que se cristianizaba con rapidez. La Iglesia tomó las estructuras administrativas del Imperio como norma de su propia organización. La circunscripción civil más clásica, la provincia,  sirvió de modelo a la provincia eclesiástica. El Imperio llegó a contar en el siglo V con más de 120 provincias. Sobre este cuadro territorial fue implantándose gradualmente la división provincial de la Iglesia.
El obispo de la capital de la provincia civil fue adquiriendo cierta preponderancia sobre sus colegas comprovinciales. En el orden judicial, el metropolitano era la instancia superior de los demás tribunales diocesanos y le correspondía la consagración de los nuevos obispos de su provincia. Él debía, además, presidir el concilio provincial, asamblea de los obispos de esa demarcación, que, según la disciplina nunca bien observada del Concilio I de Nicea, debía reunirse dos veces al año.
4.La cristianización de los imperios

La división del Imperio en Oriente y Occidente,  consumada a finales del siglo IV y que terminaría pon provocar la cristalización de dos Imperios, tuvo honda repercusión en la vida de la Iglesia. La «parte» occidental, que coincidía aproximadamente con las regiones de lengua y cultura latinas, tenía como única sede apostólica la de Roma, y por ello el Pontífice romano fue también Patriarca de Occidente. En la «parte» oriental, de cultura griega, siria y copta, sobresalieron varias grandes sedes de fundación apostólica —Alejandría, Antioquía y Jerusalén—, que fueron cabezas de los Patriarcados, amplísimas circunscripciones eclesiásticas.
El Concilio I de Constantinopla elevó la sede de esta ciudad al rango patriarcal y atribuyó a sus obispos la primacía de honor dentro de la Iglesia después del obispo de Roma. Sobre este fundamento de índole no eclesiástica, sino política, la capitalidad imperial, se instituyó un nuevo Patriarcado ,el de Constantinopla, destinado a alcanzar una indiscutible preeminencia entre todos los Patriarcados orientales, a partir, sobre todo, del Concilio de Calcedonia.


La libertad de la Iglesia y la conversión del mundo antiguo trajo consigo, finalmente, la entrada en escena de un nuevo factor de notable importancia para los tiempos futuros: el emperador cristiano. Este personaje, un simple laico en el orden de la jerarquía,  tenía conciencia, sin embargo, de que le correspondía una misión de defensor de la Iglesia y promotor del orden cristiano en la sociedad: era la función que se atribuía ya Constantino cuando tomaba para sí el significativo título de obispo exterior. Los emperadores cristianos prestaron indudables servicios a la Iglesia, pero sus injerencias en la vida eclesiástica produjeron también numerosos abusos. Estos abusos fueron particularmente graves en las iglesias de Oriente. En Occidente, la autoridad del papado, la debilidad de los emperadores occidentales o la lejanía geográfica de los orientales contribuyeron a la salvaguardia de la independencia eclesiástica. Las relaciones entre poder espiritual y temporal, su armónica conjunción y la misión del emperador cristiano fueron tratados por diversos Padres de la iglesia y en especial por el papa Gelasio, en una carta al emperador Anastasio.
Pero el papel del emperador cristiano como protector de la Iglesia se juzgaba tan indispensable en los siglos de tránsito de la Antigüedad al Medievo que, cuando los emperadores bizantinos dejaron de cumplir esa misión cerca del Pontificado romano, los papas buscaron en el rey de los francos el auxilio del poder secular que ya no podían esperar del emperador oriental.